La calle comercial más larga de Europa
22 de febrero de 2017
La Associació de comerciants del Carrer de Sants “Sants Establiments Units”, agrupa a la mayoría de sus establecimientos, son los más intereSANTS, los que ofrecen una atención personalizada, el producto de calidad, los precios ajustados.
El día 20 de abril de 1897 la reina María Cristina de Hamburgo-Lorena firmaba el decreto por el cual la ciudad de Barcelona se anexionaba el pueblo de Sants, y otros pueblos diseminados en el amplio llano comprendido entre los ríos del Llobregat al sur y el Besos al norte. La anexión no fue fácil, ya cuatro años atrás se quiso hacer y el intento, que acabó en fracaso, provocó disturbios importantes. Con estas anexiones Barcelona sobrepasó los quinientos mil habitantes. Sants aportó unos treinta mil.
El porqué de esa anexión está, como acostumbra a suceder, en la necesidad de expansión de una ciudad pujante, que se industrializa, que tiene poder y necesita ampliar su espacio y ordenar su territorio para administrarlo mejor. Los pueblos aledaños desaparecen y se crean barrios ligados al poder de la administración central.
El pueblo de Sants estaba estratégicamente situado al sureste y a poca distancia de Barcelona, en él se construyó la estación del ferrocarril que unía Barcelona a Martorell, y partiéndolo en dos pasaba la carretera nacional que unía como única y gran vía de comunicación Madrid y Barcelona, y atendiendo a los varios almacenes de grano que en Sants y sobre la referida carretera nacional se construyeron, se puede deducir que también este pueblo tenia acceso directo desde el puerto de Barcelona, quizás eludiendo controles y tasas. La carretera nacional quedó engullida, dentro de la ciudad, por el incesante crecimiento urbanística, Sants y nuevos barrios se acercaron a Barcelona y Barcelona y su ensanche lo absorbió todo, la carretera acabó siendo el Carrer de Sants.
Ya en el siglo 18, esta carretera se consolida como concentración comercial y también como lugar de paseo, circunstancias que después de dos siglos continúan vigentes. Hoy, de punta a punta de su largo recorrido, es un boulevard donde se concentran más de medio millar de establecimientos comerciales y sus amplias aceras arboladas ofrecen al visitante curioso y a los fieles vecinos, un paseo plácido y entretenido.
En el siglo 18 todo el municipio era rural, con buenas tierras, llanas, todas trabajadas, quizás no tanto en la parte baja, o de marina, más húmedas, en donde se recogían y trabajaban los juncos, y se cultivaba cáñamo de uso textil, y regaliz para la herboristería y la “rubia tinctorea” de cuyas raíces se extraía un tinte color rojo o carmesí. En las tierras más altas se cultivaba trigo y viña, y se recogían los frutos de los algarrobos, los olivos y las higueras, estos últimos muy estimados en la ciudad. Mas tarde con las aguas procedentes del Canal de la Infanta, la producción agrícola seria mayor y más variada. En 1724 fueron inventariados 2 carnicerías, dos tabernas y dos establecimientos de comercio. Cien años después se cuentas ya 4 hospederías, y barberías, cafés, alpargaterías, sastrerías, tabernas y un buen número de establecimientos generales. Aparecen los primeros “Prats d’indianes” o campos de hierba sobre la cual se extendían las piezas de ropa para que se blanqueara al sol antes de ser estampadas, había muchos y abrieron camino para que paulatinamente se instalara una industria que reclamaría mano de obra, primero llegaron los trabajadores del campo de las poblaciones cercanas, después obreros de todas partes. La presencia de la industria y sus talleres y la de la población trabajadora, provocarían un cambio absoluto en el pueblo y en el barrio de Sants.
En el 1851 ya hay una industria importante, se conoce la existencia de fábricas de porcelana, de cerillas, de ácido sulfúrico y sulfatos, de cuerdas y de jabón, fabricación de ladrillos, una fábrica de pasta de sopa, aceitunas y molinos para aceite, y más tarde hules, cerámica, hilados y tejidos. Precisamente la que fue la mayor fábrica textil de Espanta, La España Industrial, estaba en Sants, en su recuerdo perdura el parque público que lleva su nombre.
Así, la Carretera (aun hoy se recuerda esta manera de identificar la calle de Sants) se convirtió en un referente en lo relativo al comercio, al transporte y a los servicios en general, sus establecimientos contaban con clientes de paso y venidos de Barcelona o de ciudades cercanas. A finales de siglo el “Pla Cerda” acercó definitivamente el núcleo de Sants a Barcelona, unos años más tarde se consuma la anexión y en el siglo 20 Sants ya es un Barrio, con una personalidad fuerte, que aun perdura, personalidad que queda muy visible en esta carretera convertida en CALLE DE SANTS que era, y ahora continua siendo, una sucesión de establecimientos comerciales de oferta variada y especializada.
La Calle de Sants, sin duda es la arteria principal del barrio y un centro comercial de una intensidad que pocas otras calles de la Ciudad igualan. Es, también, el eje de comunicaciones básico por donde pasa el metro des de 1926, y por donde circularon tranvías hasta que en 1969 fueron substituidos por los autobuses, donde, a muy poca distancia hay la estación de ferrocarril con los trenes de cercanías, los de largo recorrido y el de alta velocidad, donde pasan dos líneas de transporte metropolitano, las líneas 1 y 5, donde hay en su Plaza de Sants un parking de 300 plazas construido por iniciativa de los propios comerciantes. Es así como los potenciales clientes de todas partes pueden acceder a un eje (Eix) comercial activo, dinámico y solvente. La Calle de Sants es un lugar de privilegio para el comercio urbano, los más de tres centenares de establecimientos lo avalan. La Calle de Sants es, sin duda, la calle comercial más larga de Europa
La Associació de comerciants del Carrer de Sants “Sants Establiments Units”, agrupa a la mayoría de sus establecimientos, son los más intereSANTS, los que ofrecen una atención personalizada, el producto de calidad, los precios ajustados. Nació la asociación, con el ánimo de defender y promover y propulsar el comercio de proximidad, característica fácilmente comprobable de nuestra ciudad de Barcelona, el comercio que facilita el enraizado social y por tanto integrador y el comercio que defiende una manera de concebir la cotidianidad de la vida y su interrelación. La Calle de Sants, defiende su comercio y a través de la “Fundació Barcelona Comerç” defiende el comercio de proximidad de toda la Ciudad. SANTS, SANTS, SANTS, CARRER DE SANTS, sin duda alguna.